Esta noche dejé la ventana abierta
para que mis pensamientos echaran a volar,
y dibujé soles en el cielo nocturno
para que alumbraran tus pasos al llegar.
Y tejí temblores en tus flores y en tus venas,
te desnudé de tiempos donde quebrar,
bebí liviano el veneno de tus piernas paralelas
y en el mar de tus caderas fui capitán.
Murmuré ardores y vigilias, fui centinela,
en la hora herida mi nombre fue talismán,
presa pobre de tu boca tan hambrienta,
sincera muestra de este oscuro guardián.
Pinté de colores tus labios, tus colmenas,
tus esquinas perfumadas de blanco azahar,
construí promesas con esquirlas de tormenta
y por tu cuerpo, como el viento,
me dejé llevar.
Leobet García
Madrid 3/05/2024
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