Ely.M.

El lazo del pasado

 

¿Qué huella no queda de un paso
hacía atrás o hacia adelante?
Buen perdedor o triunfante,
el pasado nos tiende a todos un lazo.
Albergamos alegrías, sueños y desencantos.
Rebuscamos los aciertos,
aunque quizás no sean tantos.
Buscamos un no se qué,
para un quizás,
pero ¿cuándo?
Y se agota nuestro tiempo,
sin darnos cuenta de cuánto.
De cuanto aprovechamos
y cuánto perdimos.
Recordando los ayeres
para en mártir convertirnos.
Lamentamos los errores.
Pero aplausos no nos damos.
Porque es difícil aceptar el acierto,
es más facil castigarnos.
Buscamos la paz que por torpeza perdemos.
Y los sueños en verdad a veces
parecen ajenos.
Se nos agota la ilusión,
se sienten tan vanos los anhelos.
Desfallecemos al primer esfuerzo.
Naufragamos entre mares.
Nos fundimos como hierro.
Vemos de cerca el infierno.
Y el cielo cada vez más lejano.
Y dejamos de soñar.
Las emociones matamos.
Sin querer creamos una guerra,
la que al parecer no ganamos.
Pues ya resulta difícil
creer después de tantos intentos.
Porque piedras siempre habrá,
al igual que los tropiezos.
Hay caminos a elegir,
poco de ellos sabemos.
Son azares del destino,
los que todos correremos.
Los habrá a veces listos,
unos rápidos o lentos.
Y habrá otros cuantos caídos
tan solo al primer intento.
Unos que decidirán luchar
contra todo y contra el tiempo.
Son esos que estiran el lazo
con la intención de romperlo.
Esos que son muy escasos
y no es fácil conocerlos.