Gota que te has vuelto mar,
gota que mi sangre llora,
gota de mi ser que implora,
gota de triste cantar.
Ven fresca, tal cual rocío,
con letritas de tu diario
a embriagar al solitario,
al de negra estrella y brío.
Ven de nuevo, turbadora,
a empaparme la alegría,
a rociarme el medio día
con lo ignoto de tu mora.
Gota donde mi versar
se ha vuelto dubitativo.
Gota de arlequín altivo…
Gota que se ha vuelto mar.