No voy a llorar sobre mi orgullo,
Lo dejaré candente, insensato, pulcro
No voy a dejar de intentar lo imposible
Llevaré a mi paradigma, constante, simple
Llevaré a los sueños a cualquier terminal
Los dejaré en una sombra de verano,
En un atolón de coral semiplateado
Perseveraré los sueños hasta el final
No voy a prestarme a la manipulación
De los que tienen mucho por perder
Me dejaré llevar por el impulso
De los que sólo tienen por qué ganar
Llevaré a mi miedo holgazán a la rastra
Hasta un lugar intemporal pero tangible
No tendré necesidad jamás de transigir
Ni mucho menos, alterar, lo incompatible
Llevaré entre nieblas, algún día,
Mi cuerpo a andar cansino calsinado
En un mástil con altruismo de faro,
Ondeará, mi alma sin más allá.