Lluvia, Aire y Viento
se Desvanecen
Aletargados en un Terraplén.
Cantan su Historia
en Brisas que se Mecen,
Al Compás Unido
de su Arrugada Piel.
Mientras él se Acurruca
en un Viejo Tronco Oscuro,
Humedecido por sus Lágrimas Saladas,
Rocío de Rosas y Escarchas de Miel.
Duerme su Vida.
Duerme su Pasado,
en las Añosas
Orillas de las Vías de Aquel Tren.
Sombra Errante.
Ojos de Niño.
Dulzor en su Mirada
que Llora entre Lluvias y Vientos Vencidos
Por la Dura Guerra-Vida
que Mustio Calló.
Despojos y Harapos
del Desamparo.
Vagones Sucios
Entrelazan su Sombra y su Mirar.
Ogro de Niños
y de No tan Niños,
Cuco Sombrío del Lugar.
Silueta Triste y Tan Cansada
por la Cruz del Olvido
que Nunca Quebró
y que le Lame las Llagas
de sus Mugrientos Pies.
El Viejo Soldado
Murmura Incoherencias,
Y de Pronto Ruge su Bramido Grave
Cuando Imita a un Rudo Cañón.
Se Apaga y Enciende
la Luz de su Mirada
Entre Velones Mareados que lo Acompañan
en su Sola y Perdida Soledad.
Alondra en Vuelo de Alas Cortadas
por Miles de Ocasos.
Gorrión de las Albas en Cenizas
de Aquel Tiempo
que Nunca Murió.
Corren en su Alma
Miles de Pasados
y de Pronto Acuna entre sus Brazos
ese, su Fúsil Oxidado,
(Su Bebé Perdido)
en Su Sombra Gris.
Y Espera una Dulce Caricia
entre las Vías Furiosas de Aquel Terraplén.
Ay! ¡Viejo Soldado!
Loco, Linyera de aquel Pueblo
tan Lejano.
Ay! Mística Mirada
que Espera sin Esperar.
Ogro de las Penas y las Angustias,
Ogro de los Niños,
Cuco Oscuro del Lugar.
Ay! ¡Viejo Soldado- Niño!
¡Ogro de un Tiempo Perdido y tan Quieto
que Jamás Pasó!...
(Patricia)