Patricia Aznar Laffont

Viejo Soldado

Lluvia, Aire y Viento

se Desvanecen

Aletargados en un Terraplén.

 

Cantan su Historia

en Brisas que se Mecen,

Al Compás Unido

de su Arrugada Piel.

 

Mientras él se Acurruca

en un Viejo Tronco Oscuro,

Humedecido por sus Lágrimas Saladas,

Rocío de Rosas y  Escarchas de Miel.

 

Duerme su Vida.

Duerme su Pasado,

en las Añosas

Orillas de las Vías de Aquel Tren.

 

Sombra Errante.

Ojos de Niño.

Dulzor en su Mirada 

que Llora entre Lluvias y Vientos Vencidos

Por la Dura Guerra-Vida

que Mustio Calló.

 

Despojos  y Harapos

del Desamparo.

 

Vagones Sucios

Entrelazan su Sombra y su Mirar.

 

Ogro de Niños

y de No tan Niños, 

Cuco Sombrío del Lugar.

 

Silueta Triste y Tan Cansada

por la Cruz del Olvido

que Nunca Quebró

y que le Lame las Llagas

de sus Mugrientos Pies.

 

El Viejo Soldado 

Murmura Incoherencias,

Y de Pronto Ruge su Bramido Grave

Cuando Imita a un Rudo Cañón.

 

Se Apaga y Enciende

la Luz de su Mirada

Entre Velones Mareados que lo Acompañan

en su Sola y Perdida Soledad.

 

Alondra en Vuelo de Alas Cortadas

por Miles de Ocasos.

 

Gorrión de las Albas en Cenizas

de Aquel Tiempo

que Nunca Murió.

 

Corren en su Alma

Miles de Pasados

y de Pronto Acuna entre sus Brazos

ese, su Fúsil Oxidado,

(Su Bebé Perdido)

en Su Sombra Gris.

 

Y Espera una Dulce Caricia

entre las Vías Furiosas de Aquel Terraplén.

 

Ay! ¡Viejo Soldado! 

Loco, Linyera de aquel Pueblo

tan Lejano.

 

Ay! Mística Mirada

que Espera sin Esperar.

 

Ogro de las Penas y las Angustias,

Ogro de los Niños,

Cuco Oscuro del Lugar.

 

Ay! ¡Viejo Soldado- Niño!

 

¡Ogro de un Tiempo Perdido y tan Quieto

que Jamás Pasó!...

 

 

(Patricia)