El capitán que entre guerra manda,
dominante sobre las huestes enemigas,
gallarda su figura se levanta,
sobre maldad y sus múltiples esquirlas.
Venció una vez con poderío celeste,
quedando fuera el enemigo fuerte
cuya rebeldía amarga y triste
fue motivo de ser hijo de la muerte.
¡Miguel, Miguel! Una turba en algazara
por el Ángel que a Israel capitanea
que a la orden de Dios venció en la saga,
a Satán con sus fuegos en marea
Y libra a cada palmo mil batallas,
en tierra con los ángeles caídos;
capitán de Dios de mil estrellas
ayuda a los mortales seducidos.
Miguel sigue venciendo es estas eras
que Dios mejore en guerra de tu oficio;
y a los hombres auxilia en luchas férreas
con la muerte en su veneno maleficio.
Isaías Glez.