Días sin trabajo llega domingo sangriento
que no es otra cosa que un domingo apagado;
que no es otra cosa que puro aburrimiento:
un día sin gracia, sin motivación, pesado.
Y mi ánimo está en suelo con mi pensamiento,
que ya mis ojos ni imaginación ha llegado;
nada me atrae ni juego jugar un momento
y cuando miro al sol decirme yo \"estoy quemado\".
Cuando llega el domingo hasta el alimento
me sabe a veneno; ¿será verdad, mi estado
de ánimo no se levanta como el cemento?:
¿qué me pasa cada domingo que no me es sagrado?.
Resultado cada domingo sangre en aumento,
y cada año peor. ¿Soy por esto, malvado?.
El domingo mata mi felicidad sin fingimiento:
DOMINGO SANGRIENTO es un salado pecado.
Abril 2.024
NACHO REY