El aire mueve las manos del cielo
para escribir en las nubes
palabras que solamente la luna puede leer,
y se las dice al silencio
para hacer más imperceptible el misterio de la vida.
No se pueden deletrear más que preguntas
que vienen y van sin rumbo
y en un instante se marcha la vida
sin descubrir el mensaje
que estaba en las manos del tiempo.