Se que amores extinguidos no son tanto,
las pavesas quedan consintiendo
un dulce recuerdo con amargo llanto.
El solo pensar en fugitivo
de los detalles roces admitidos
recrea vivas las ganas en castigo.
Se pregunta entonces el motivo
del extravío de esas pasiones,
rinconeras sin alivio.
¿Por qué se marcharon estampidas?:
sintieron hambre de otros sujetos pasajeros
y volaron rotas aves desteñidas.
Amores extinguidos no son tanto
quedan siempre rezumos en las copas
del brindis del amor que fue amaranto.
Isaías González Arroyo