Diabólico y frío el viento gime,
La luna ha derramado mi sombra sobre ti,
Y tus ojos van hambrientos de violencia.
Hay un huracán soplando a mi oído,
Y en su ojo estás tú; ávida,
Adueñandote de mi pulgar izquierdo,
Con el derredor tu boca y tu lengua hábil.
Coloco un blues, para ayudarte a desvestir,
Mientras te viertes ron sobre el pecho,
hasta bebermelo en tu ombligo...
Porqué tu sabes que ahí,
Hay un huracán soplando en mi oído.