DIARIO DE UNA GUERRA
I
Huyendo de la guerra innoble
las sonrisas infantiles,
zurcidas a los peluches
que abrazan con sus manitas,
sonoras fotografías
son de este nuevo apocalipsis
y preludio que antecede
al horror y la barbarie.
II
Huyendo de la guerra innoble
las madres no dan el pecho,
como lo dan otras madres,
a los niños que con hambre
lloran en los autocares.
Solas viajan con sus hijos
por carreteras bestiales,
la guerra las ha hecho viudas
sin que mueran sus amantes.
¡ Los osos y los lobos miran
los senos de las lactantes.