Debajo de cada verso
existen versos no escritos
que sólo leen aquellos
que entienden lo que han leído
y gustan de pensamientos.
Aquel lector pasajero
que se detiene aburrido
para leer un soneto
sin haberlo comprendido
es de talento ligero.
El que tiene entendimiento
no se queda en lo sencillo
y rebusca en los secretos
el propósito escondido
de un poema verdadero.
El poeta es un lucero
para el espíritu crítico
de quien inquiere consejos,
de quien persigue el lirismo
en el mundo de sus versos.