Raiza N. Jiménez E.

Enredos Amorosos.-

Siempre supe que, de muchas formas, yo te atraía.

Sabrás tú que, pocos se acercan, a la Eva prevenida.

Nunca se me vio tan sola, pero sola, yo a ti si venía.

Hoy miro con respeto y cariño, tu dulce bienvenida.

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Nunca supe cómo ni cuándo comencé a extrañarte.

No vieron que, ya no era la misma Eva, entristecida.

A lo externo, mi conducta cambió, no temía amarte.

En verdad, unas veces pensé, en la oportuna huida.

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Ciertamente, la atracción, es muy difícil de ocultar.

Cuando apareces frente a lo amado, nada es igual.

Lo cierto es que, al amor, no se lo puede etiquetar.

Tampoco, se puede hacer de éste, un drama social.

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¡No se debe juzgar el amor, para qué sea aprobado.

Es muy difícil, acabar el amor de, dos enamorados!