No soy como una chica de revista.
Y menos de las que usan talla cero.
Igual dibujo siempre una sonrisa.
Soy bella ante la gente que yo quiero.
No tengo lindo rostro y no me importa. Pretendo ser feliz y provechosa que andar disimulando simpatía, prefiero la verdad aunque me rompa.
No quiero ni pretendo tantas cosas y así me siento libre y exitosa.
Como tener billetes en el banco
o estar entre las cinco más preciosas.
Pues Dios nos ha prestado tantas cosas que la vanidad a veces distorsiona. Prefiero ser horrible externamente que ser internamente mal persona.
Y aunque parezca simple y no tan guapa agradecida estoy con Dios por ésta vida.
Que aunque a veces es cruel y tan jodida, es el mayor regalo nuestra vida.