Mary Carrera, tu nombre refleja la grandeza
y sus letras el universo entero en su máxima pureza.
No sabes el poder que tienes en mi con tus ganas de amar,
cuando liquidas tu espalda y tu lunar, con estrellas que no vi jamás.
Tus brazos morenos, aunque helados arden como soles
y tu pelo negro toca mi razón, mi corazón y lo hacen explotar.
No sabes lo que haces en mí, pues creas un bucle con cada beso que me das,
los días sin ti mueren lentos y nacen rápidos con tu pulsar.
Tu callar desesperado resuena con una frecuencia encantada,
que libera mi alma que creía terminada, maldita y por ti condenada.
Toda mi vida viajé por las estrellas para que casi en el borde
encontrara el universo entero atrapado en un sólo nombre.
Y aquí estoy escribiendo otra vez como en tiempos anteaños y ya poco latentes
e inesperadamente y de la nada vuelves a mi apasionada mente.
Me cuesta entender como otra vez entraste en mi inconciente,
pues me tienes escribiendo tu nombre de nuevo y derrepente.
Te dedico nuevamente antojados e inesperados versos,
Nada que hacer, te arrastro en mi pasado, ahora todo es adverso.