Amor viviente.
Dos desconocidos al principio de conocernos.
Nuestros corazones se juntaron, nuestras almas se amaron, ambas susurraron jurarse amor eterno.
Tal vez el amor no nos dio eternidad, pero si vivacidad, mi amor bajo la condición de la inmutabilidad.
Sin embargo volvimos al comienzo, somos desconocidos ahora que nos despedimos.
No quise irme rápido, pues le robe minutos a la muerte para quedarme un poco más.
Sólo espero en la vida eterna contigo volver a comenzar.