Mi alma en la tinta

El final

Éramos cuatro brazos enmarañados

el inicio y el final imposibles de encontrar

el deseo y la pasión nos mantenían atragantadas

hasta que me empezaste a abandonar. 

 

El amor y la pasión se convirtieron en sogas

las palabras se transformaron en dagas

ya no éramos un “nosotras”

quedamos resquebrajadas.

 

El deseo carnal fue utilizado como arma

la provocación y privación del clímax

más que una penitencia propia

rememoraba lo que la otra perdía.

 

¡Un sucio secreto!

Así me sentí durante tanto tiempo

mi cuerpo, mi alma y mis palabras

armas de guerra asesinas

que convirtieron la pasión y el amor

en odio, rencor y desesperación. 

 

Al final, te convertiste en vengador

asumiste un rol de victimario

transformando mis dagas 

en espadas de acero

acabaste con mi corazón

llevándote el órgano que 

consideré estaba entero. 

 

Ahora en esta soledad

donde el frío y los recuerdos

me acompañan en todo momento

me río sola, pensando en tí 

en los momentos que viví, 

pero con rencor, hielo en mi corazón

ya que solo un secreto tuyo fuí. 

 

Al próximo aniquilador en venir

este cascarón no tiene más que romper

el daño sería efímero, esta alma al final 

fue dañada por su dueña original.