La conocí por una mirada.
Ella jugaba a médicos con otro,
Me transformé en su paciente y,
Jugaba, jugaba... tan pronto
A la gallinita ciega como al corro
De la patata.
La enfermedad curó de blanca,
Entre dos son mejores los ojos,
Los ojos y las lágrimas.
Pero ese yo, no era yo,
Solo uno que pasó y no se quedó,
Solo comprimido anacoreta.
Como no era yo, ya no sé de sus pechos;
Como no era yo, ya no sé si
Los míos desclavan.
Andy Lakota