Me acuerdo de los momentos que estábamos muy cerca, mi corazón palpitaba sin cesar.
Sentí la necesidad de huir, pero algo me lo impedía, parecía que ahora no podía vivir sin ti.
Te diste cuenta de que mis nervios dejaron al descubierto mis emociones, cuando tu olor estaba a mi alrededor.
Me tragué la vergüenza y el orgullo, tán rápido, como la nieve del invierno me dejó con el pelo blanco.
Desde ese momento me quedé a tu lado para siempre, te coroné como mi reina y me convertí en tu bufón.
No quería que te murieras de risa, ni hacerte prisionera dentro de mi torre de cristal.
Solo quería verte sonreír, con la esperanza de que algún día, encontrarás mi tonto corazón.