Tú eres la llama
de mi interior.
Te doy la caricia en mis versos.
Tú eres el alimento
de mi pasión.
Te doy el gemido
en el amor.
Tú eres la herida,
herido el corazón.
Te doy la brisa
del poema: YO.
Tú eres la luz,
posada en mi balcón.
Te llega cada día un barco,
nacido el Sol,,
cargado de hojas
en flor.
Cuán distantes estamos:
el milagro no se hace,no.
La llama me arde
de tu calor.
No amarse físicamente,
sufrimiento y dolor.
-salvador-