Necesito creer que no te creo
las palabras que salen de tu boca
los suspiros que emanan como roca
que golpean mi tez cuando te veo.
Necesito creer que no soy reo
de tus labios, del beso que me invoca;
de la vida, que siempre se equivoca,
con palabras del vano fariseo.
Necesito olvidar lo que dijiste
las palabras envueltas con engaños
el respeto que siempre prometiste
a lo largo de todos esos años;
necesito olvidar que tú mentiste,
pues la rabia carcome y causa daños.