RICARDO V

Me lloran siempre las manos

Por no disfrutar tu cuerpo

me lloran siempre las manos.

Por no poderlo tocar

y acariciarlo despacio.

 

Mis manos que te aprendieron

de ti se están olvidando

porque tu piel no las quiere

y por eso están llorando.

 

Eran manos que reían

las gracias de tus encantos,

los pesares y alegrías

y el caminar mano en mano.

 

Por tenerlas hoy vacías

me lloran siempre las manos

porque sintieron un día

el aroma de tus campos.

 

Eran las manos abiertas

de un corazón entregado

al sentido que le dabas,

a una lisonja de llantos.

 

Te lloran las manos mías

después de haber disfrutado

del sabor de las caricias

que intercambiábamos ambos.

 

Por existir los recuerdos

me lloran siempre las manos

porque alcanzaron el cielo

y no pueden olvidarlo.

 

Mis manos están dormidas

al placer de tu contacto,

perdieron lo que tenían

y en soledad se quedaron.

 

Porque una vez yo te tuve

mis manos no te olvidaron

aunque dejaste tu impronta

como la estela de un barco.

 

Y así el transcurrir del tiempo

la herida fue marchitando

y sus lágrimas se fueron

aunque te sigan llorando.