De nuevo en los escritos, tempranos madrigales
de mi mente se escapan por pensar en el vos,
me asaltan los sentidos, los ínsitos vitales,
como abarca a un mendigo la fê en un nuevo dios.
Socavan las respuestas aradas en mis horas,
desenterrando incluso incógnitas por más,
de pronto en el presente mi pensamiento azoras
y en todo mi silencio se escucha un -¿Dónde estás?-
Se derrumba el castillo por su sola saeta,
recordando en mi pecho tu torrido arrumaco
y sobre aquella ruina de amor en la caleta,
resume en mis matices la sombra de su achaco.
Que todo lo pensado y todos los quereres
le digan a este mundo la persona que eres .