Voy al desamparo del silencio que me abraza
en una tortura que en mí se hace lenta,
en los misterios donde se esconde el alma
en las raíces donde nace callada la tristeza.
Voy a una oscuridad tan llena de nada
a un laberinto que carece de puertas,
al fondo de la verdad que llevan las palabras
al dolor donde caen todas mis miserias.
Voy hacia donde nace la estrella más lejana
aunque mis pasos ya no tengan demasiadas fuerzas,
donde para volar ya no se necesitan alas
donde para volver solo basta con aquello que piensas.
Voy y al ir todo es tiempo y es distancia
todo es la vida, que aún no está inerte y muerta,
donde el regreso es un canto a la esperanza
y la lágrima es solo el corazón que se manifiesta.