Tito Rod

EN CONSONANCIA

Las hojas flotaban al viento
como oxitocinas de un otoño sorprendido
por un milagro.
El calor que torturaba
refrescó como la sonrisa de Olaf
con Elsa,
el sol era una carita recortada
de la cartulina de un niño,
y el torniquete que siempre necesité
ya no hacía falta.
Era un día aliviado y sanador,
inusual como una lluvia de peces
pero que desde entonces
podíamos emular
con mucha y mayor facilidad