! ¡Ten misericordia cerebro mío!
! ¡De esta mente a punto de estrellarse!
Malvivo con vértigos en el alma
Demonios y ángeles
Flagelándome al mismo tiempo
Y no encuentro la bandera blanca
En esta casa con olor a desamparo
Repleta de recuerdos inocentes
Y otros ahogados por el oxido
Del pánico
Miro de soslayo el pórtico
Donde anidaban las siempre vivas
Y solo encuentro un escuadrón
De comejenes laboriosos
Todo fue consumido
Por la maltrecha estación en estampida
De nada valieron las rodilleras
Ni los cultos del domingo
Ni siquiera las ofrendas
Para aniquilar a los demonios
Todos continuaron sanguinarios
Llenando de olor a muerte
Las paredes y los muebles
También a mí me devoraron
Dejándome llena de resequedad y torceduras
Sin apenas tener edad para contaminar
Mi subconsciente
Quizás por eso
Este gemir por los rincones
Cada vez que llegan a mis oídos
Las voces de mis ancestros
Entre disputas clericales
Aunque ninguno tuvo el valor
De regar antídotos de paz
Por toda la espesura filial
Evitar que los leones penetraran
Como insectos
A la floresta de la cordura
! Ten misericordia cerebro mío
¡De esta mente a punto de estrellarse!
Sálvame de la mediocridad
De la espada de Damocles
Y el contagio de los imperfectos