Una luz que deslumbra en la noche avisa
que el ojo que observa
proviene de una bombilla
que descubre un paisaje que aterroriza.
El toro que muere y resucita
y el caballo que relincha
y el ser humano encima de todo
con su calvario de preguntas
forman parte
de una tragedia con testigos,
que se arremolinan entre muertos
y lloros y entre luces perdidas
que recorren los lugares
por donde una guerra se desperdiga.
Todo está lleno de la negrura
que ensucia y embadurna
lo que pilla
por allí donde no hay salida,
aunque una ventana abierta indica
que lo que se oculta
es un drama de altura,
ya en el cielo
la función de la noche suspendida
para dar paso al origen de una locura.