Quién soy en realidad me pregunto en serenidad,
Soy malo como lo que dicen los demás.
No soy un santo, tampoco el mesías,
No creo en la iglesia, tampoco en brujerías,
Pero creo en el amor, aunque la oscuridad sea mi noche y mi día.
No soy alguien en quien fiar,
Pues me aferro a desconfiar.
Soy malo en amistad, mucho más en lo social,
Muchos dicen soy monstruo, tal vez dicen la verdad.
Me aferro a la vida, sé que hay mucho que explorar,
Pero este plano terrenal me asfixia sin cesar.
Daño me ha hecho, no me deja ya pensar,
Y mi corazón desecho, me siento insatisfecho,
Apreciado bajo un techo, muerto cual hecho,
Camino sin despecho, un muerto encubierto que vive esperando,
Lo que ha descubierto pronto llegará ese momento.