En el reino de mis sueños, ella brilla como aurora,
Un faro en la noche, mi único anhelo y mi tesoro.
En su mirada hallé el fulgor de una estrella lejana,
En sus labios, el néctar que mi alma embelesa y sana.
Susurros de su nombre danzan en mi mente,
Ella, mi musa, mi constante y eterna fuente.
En cada latido, su presencia late y resplandece,
En cada suspiro, su amor me envuelve y engrandece.
Ella es la esencia misma de mi dulce melodía,
En sus brazos encuentro mi más tierna sinfonía.
Que el destino nos una en un abrazo eterno,
Donde el amor florezca, en cada paso, en cada invierno.
Así, en este jardín donde el amor germina,
Mi corazón anhela, en su amor, encontrar la rima.
Pues en su amor, mi destino halla su más dulce verdad,
Que ella es mi única esperanza, mi luz en la oscuridad.