En mi zona de confort
me siento ebria,
mi vida gira sin control
en el por y en el para,
de forma irracional
para suplir carencias
acepto hacer el amor
como una ofrenda,
soterro el sentir
pero mi cuerpo henchido
de placer: me traiciona,
y a flor de labios
se me escapa el gimo,
al prelar la limerencia
siento soy una adicta.