Son cual sierpes que se arrastran,
mutan en la oscuridad,
se limpian de la maldad
y muy lento se levantan;
su piel por plumaje cambian,
se quitan la vanidad,
se llenan de esa verdad
y sus virtudes exaltan;
bellas aves de colores
van surcando el infinito
con luminoso saber;
se tornan los redentores
de todo lo que se ha escrito:
son portadores del bien...