Fijo reo, liberto y preso de vuestros ojos
De tan fieros destellos de caótica armonía
De tan ocultos arcanos de mágicos ingenios
De aquellos tan míos que claros despuntan solo vida
Fijo reo, liberto y preso de vuestra dulce boca
De tan sublime libreto que escribe el destino
De tan valiosas perlas arrancadas a la mar oceana
De tan dulces besos que enrutan mi barco perdido
Fijo reo, liberto y preso de vuestro ingenioso tacto
De diez claves que hacen sinfónicas odas en el acto
De dos manos que tejen en la tierra el destino de los hados
De las suaves caricias que otorgan un eterno verano
Fijo reo, liberto y preso de vuestro brillante cabello
Del fulgor, ora flama, ora azabache, real e intenso
Del aroma dulce y embriagante, como un regio enebro
Del fuerte y suave haber en su ondulado, señorial y coqueto
Fijo soy, insisto mucho en ello, reo, liberto y preso
De todas las gracias que conforman tu imperfecto cuerpo
De todas las penas y dichas de tu perfecto sexo
De cada gloria eterna, ora en tus ojos, tu cabellera o tus puros besos.