Partido en dos, resquebrajado, tan dañado que no admite una pena más, una traición, una pena, una desilusión, la decepción que daña no solo al corazón, sino que consume la esperanza en el sentimiento más humano, pero que dicen algunos (los más fanáticos del romance) que viene de Dios.
Del mismo Dios que venimos todos se crea o no, que nos enseñó a amar, un ejemplo de Jesús, pero que desgraciadamente se ha ido volviendo un juego nada más.
No se tomará desde un comienzo así, es posible que no, pero al final cuando se ha ido cayendo repetidamente en errores se va deteriorando y desgastando.
Se pierde todo hasta el respeto, la paciencia es solo un amuleto para seguir adelante con lo que un día fue un cúmulo de\" te amo\" que hacían dar vida y más amor al amor.
Se rompe y no hay remedio, no se ha creado en el género humano con tanto adelanto que hay, una cura para el dolor que causa una decepción y posterior ruptura.
La esperanza de dos se vuelve solo una barca rota que navega solitaria y vagabunda en el mar de la desesperación y de la tristeza.
Desamor y desahogo, al final, quedan... pegarlo con lo que se tenga a mano, se remienda y se trata de sobrevivir así con esos espacios de pena que salían por ahí en donde una vez hubo tanta dicha.
Para todos es duro seguir sobreviviendo con un corazón tarjado de esa forma más, la vida sigue y así mismo se continúa y.... \"Qué siga la fiesta\".
Dolores Luna. 🌜
Anna.
Mayo 9. 2024.
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