Te ofrecí mis palabras
aunque suaves, cuatelosas,
como midiendo distancias.
Ofrecí la delicadeza de una amistad sincera.
Ofrecí una trama
para comenzar a tejer algo en común.
Era lindo sentir tus palabras
en pleno vuelo sutil,
tenían una espesura distinta
sólo por ser tuyas.
Pero quedo así muerto de frío
con este vacío.
Quizás si supieras sobre el mundo que está en juego
apostabas por no ignorar
la timidez de mi llegada,
la candidez de alguien que no oculta su cariño.
Pero esto no es más que
una pueril expresión de deseo.
Y las cosas no son como quiera,
son idénticas a sí mismas.
Y mi mundo es un cristal hecho añicos
si no soy el protagonista.
Si no soy el protagonista
no seré habitable por nadie,
seré una habitación vacía.
José Luis Galarza (2024)