El sucio y hediondo estupor de tu presencia, relega al recuerdo al asco que provoca tu dulce oscuridad, haber creído en tu mirada, sumerge en ilusiones tu estúpida y reflexiva mente, dando demasiado hilo a tus pensamientos, olvidas que la tierra está bajo tus pies, creer que lo sabes todo, es una maldición que solo el sentimiento nauseabundo de creer que nadie hay sobre vos ha sido superado, pensar en poner tus propias mugres al sol, te parece una idea genial, pensando que eso te hará más o te hará menos a medida sigas creyendo que nadie hay más lejos de tu memoria, la horrible idea de volverte loco es la moneda de cambio que quienes amaste te devuelven por haberlos obligado a comer tortilla o saludar en la llegada, iniciaste porque si este universo, con mustia paciencia y vanidad desmedida, ahora pensas irte sin motivo por haberte cansado tu propia vida, adiós, te espero al último parpadeo, deseando que tu sueño sea menos desafortunado que tu estancia despierto.