Carlos Andrey Vargas Araya

Simplemente felicidad

 

En el jardín de la vida crece una flor,
más preciosa que el oro, lo más fuerte son sus raíces de amor. No hay joya en el mundo que pueda igualar,el valor de la familia, el tesoro más real.

La felicidad no se mide en cuentas de cristal, ni en los números que en cuentas bancarias van. Se mide en abrazos, en risas y en pan, compartido en la mesa, en un acto de amor y paz.

El vacío del alma, la soledad que duele más, se disipan con un gesto, con la familia al llegar. Un abrazo que cura, una palabra que da, la fuerza para enfrentar la vida y más allá.

La riqueza verdadera no está en la vanidad, ni en lo que el mundo ofrece en su fugaz claridad. Está en los buenos momentos, en la felicidad,
de estar con los tuyos, en la simpleza del hogar.

Porque al final del día, cuando el sol se va, y las estrellas en el cielo comienzan a brillar, es el amor de la familia lo que nos hará recordar, que la verdadera riqueza, es la familia  y lo que llamamos simple en la cotidianeidad.