Llega invisible, tu vida a la mía
viene llamando, tu pecho a mi pecho
entra en mi casa y se duerme en mi lecho
toma mi mano desnuda y vacía.
Roza mi cuerpo tu sangre ya fría
besa tu boca , mi boca en barbecho
abro los ojos y como sospecho;
solo ficciones… ¡es pura utopía!
Digo tu nombre, lo digo bajito
vuelvo a dormirme te espero en la cama
cuando el silencio tenaz y maldito
fluye apagando mi párvula llama;
nada podrá sosegarme si grito:
“eres la vida, que en mí se derrama”
Águeda Molina