EL QUETZAL EN VUELO

NO FUE AMOR, SOLO PASION

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MARIA CONCHITA ALONSO - NOCHE DE COPAS

Ella sollozaba arrepentida. Aun con el maquillaje de la noche anterior, corrido por los intensos   ríos de lágrimas que rodaron por sus mejillas. Sus manos temblorosas querían desgarrar su rostro hasta dar con la verdadera cara de la mujer que había sido. Solo un trozo de placer arrancada a una noche negra, que colgaba de una esquina de la fantasía, que sus amigas divorciadas platicaban.

 

Ella era una mujer cuarentona, que aún conservaba en su cuerpo, aquella joven universitaria de piernas atractivas y su prominente busto siempre escondido, que otrora todos deseaban poseer y que Ella había optado por entregar sus favores a un solo hombre, al que siempre considero su todo y un sol que alumbraba su universo. Un solo sol y una luna, con pequeños planetas que ya habían abandonado la galaxia y hacían su propia vida, dejando el nido; un cerrillo en la hierba seca

 

Sus amigas, habían logrado inclinar su oído a los consejos nuevos, enfriando su corazón al amor tardío de su pareja. Y como son esos episodios. Cambio su arreglo personal. La coquetería de sus acciones le facilito los resultados de conquistar a un joven veinte años más joven, recién casado y con un pequeño hijo, orgullo del abuelo, el cual poseía gran prestigio en su bufete de abogados.

 

Con el cuerpo en llamas, su sentir perdido por una copa de más, apresuraron sus pasos al desfiladero y así subió hacia la sorpresa de esa noche, que su pareja había preparado con minucioso cuidado, durante todo el tiempo que ella se había alejado de la intimidad de sus noches y el amor de sus hijos. Guardó los valores de siempre, en el mismo lugar, donde había puesto su alianza matrimonial de veinte años.

 

Al terminar su caminata por el paraíso de la mano de su joven amante, recibió una llamada de su pareja, preguntando donde estaba, a lo cual ella respondió que aun en la oficina sacando unos pendientes y EL, con su dulce voz convincente, le dijo que pasaría por ella en quince minutos, a lo que ella salto de la cama, besando a su joven amante recogiendo sus ropas y encaminándose a la ducha.

 

Poniéndose la botarga de una dama respetable y retocando sus labios, abrió la puerta del infierno, para ver en el pasillo, como imagen dantesca a sus padres, su pareja, sus dos hijos, a la esposa de su joven amante y el mundo que se derrumbaba y sin comprender aun ese pasaje de la divina comedia. Se incendio, colapsando su mundo con el de su joven amante que envejeció en instante. Ella sintió el derrumbe de veinte años, por una aventura vacía de amor, solo pasión

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO