Bajo el firmamento azul, aquel fue un día radiante,
un día especial, para ti mi girasol, lo vi en tu semblante.
Has cruzado océanos de silenciosas tormentas con valor,
venciendo cada embate, ¡oh, mi amor!
En tus ojos centellearon luces de aurora boreal,
en tu sonrisa se reflejó la calma celestial.
¡Oh, musa de mi alma, en ti encuentro mi inspiración!
Hoy celebro tu fuerza, tu valentía en acción.
Atrás quedaron las sombras, el viento y el frío,
pues en tus brazos hallé mi refugio y abrigo.
Con cada paso dado, con cada batalla superada,
eres la luz que guía mi senda, ¡oh, amada!
Dejaste pasar las sombras de la noche sombría,
en tus manos se halla la paz, la más dulce armonía.
En cada desafío superado, ¡Cuánto quise estar a tu lado!
Hoy, el universo entero parece estar enamorado.
¡Juntos, en la escena de luz y ensueño danzamos,
renovando promesas de un amor que nunca pasamos!
En los sueños más dulces, en la eternidad flotamos,
un lazo que ni el viento ni abismo tocan, jamás lo desatamos.
En este día bendito, tus gestas resuenan con brío,
como notas de un himno, al infinito desafío.
¡Oh, compañera mía, en ti veo la fortaleza,
que enaltece este día de amor y pureza, lo expreso con certeza!