Todos los recuerdos se hacen párpados
cuando se abrazan las memorias
y se esparcen en las calles,
entre naranjos y geranios
envueltos en luces de crepúsculos
que se posan en las manos.
Es como sentir el aroma del café en las imágenes
o la sensación en las manos de la caricia
sobre cada retrato que se delinea en el pensamiento
como si los brazos guardaran el sabor del beso
o la claridad del verso que se susurró sobre ellos
¿Por qué te duele la otra orilla de los recuerdos?
La de la luz del crepúsculo despidiéndose en la tarde
O la diafanidad del agua que desciende por los balcones
¿Por qué lástima el último libro sobre la repisa?
El rumor de los versos que insinuaron la entrega
Y el laberinto de anhelos que murieron con el tiempo
¿Por qué se pisa la hierba evocando la infancia?
¿Por qué la sabana es la mortaja de los sueños?
¿Por qué el reloj es el déspota del tiempo?
¿Por qué la sombra avasalla la claridad?
¿Por qué el viento se murió en los recuerdos?
¿Por qué al amor se le aprisiona en el silencio?