Tengo un mortal silencio en la sangre
Un esbozo de tu beso en mi sal
De tu malicia blanca seducido el hambre
Por recorrerte siempre niña de cristal.
He de matarte si te veo pero antes
Embriaga el sin sentido de mi vida
De tu carne y tu perfume son mis planes
Arrullos que no tengo te susurro en desmedida.
No me juzgues paloma, yo te muero
No logro concentrarme, vivo en desconsuelo.
Arrólleme tu sexo la boca quiero
Antes fenecida de placer, te velo.
Broten tus raíces suerte de cristales
Bohemia eres a mis ojos peregrinos
Me pierdo en tus gemidos carnavales
Te quiero para siempre toda en mis sentidos.
Pero ya estas advertida, te he de ejecutar
Pues no quiero que te vean ni que topes con ninguno
Eres mía y solo míos son tu risa y tu besar
Vete haciendo ya la idea perteneces solo a uno.
Vienes indiscreta saboreo tu ramaje
Afilada esta la daga, caminas por mi lado
Te persigo cauteloso con el arma en el ropaje
Te amo tanto vida mía se me hace complicado.
Me recuesto a llorar he de pincharme los dedos
Suena como campanario tu dulce voz en mis sienes
Huelen a holocaustos tontos mis enredos
No tropieces mariposa en el andén de mis redes.
Si has de morir no tengo yo la culpa
Es tu existencia niña la que me lo implora
No eches a llorar la noche siempre oculta
De nada me arrepiento es lo que me aflora.
Cierra bien los ojos no te resistas
¿Por qué traes un arma?, ¡no te atrevas!
Tú no debes dispararla no persistas
Tú dices debo ser yo quién ahora muera.
Qué momento complicado me asomo a la ventana
Me sudan las manos me apuntas decidida
Quizás tengas razón cortante el filo de la daga
Tú no has de molestarte doncella de mi vida.
Cojo con dos manos el cuchillo
Alzo mis brazos, aprovecho para verte
Enciendes veloz un cigarrillo
Te pareces tanto a mi con los vestidos de la muerte.
Abro los ojos, yazco tendido, irresoluto
¿Dónde estás? ¿Cómo y cuándo te has ido?
Brota sangre de mi vientre, aparento luto
Mi memoria solitaria no recuerda lo ocurrido.
¡Está claro te has matado ante mis ojos!
Emulaba yo el andar de un asesino
Hace frío, huelen frescos los hinojos
Te presiento respirando mortecino.
Debiste dispararme mujer otrora
Roja corre la sangre entre mis manos
Pensar que si me amabas me devora
Nunca más he de probar tus labios.