Lamar Varela

Niña de cristal

Tengo un mortal silencio en la sangre

Un esbozo de tu beso en mi sal

De tu malicia blanca seducido el hambre

Por recorrerte siempre niña de cristal.

 

He de matarte si te veo pero antes

Embriaga el sin sentido de mi vida

De tu carne y tu perfume son mis planes

Arrullos que no tengo te susurro en desmedida.

 

No me juzgues paloma, yo te muero

No logro concentrarme, vivo en desconsuelo.

Arrólleme tu sexo la boca quiero

Antes fenecida de placer, te velo.

 

Broten tus raíces suerte de cristales

Bohemia eres a mis ojos peregrinos

Me pierdo en tus gemidos carnavales

Te quiero para siempre toda en mis sentidos.

 

Pero ya estas advertida, te he de ejecutar

Pues no quiero que te vean ni que topes con ninguno

Eres mía y solo míos son tu risa y tu besar

Vete haciendo ya la idea perteneces solo a uno.

 

Vienes indiscreta saboreo tu ramaje

Afilada esta la daga, caminas por mi lado

Te persigo cauteloso con el arma en el ropaje

Te amo tanto vida mía se me hace complicado.

 

Me recuesto a llorar he de pincharme los dedos

Suena como campanario tu dulce voz en mis sienes

Huelen a holocaustos tontos mis enredos

No tropieces mariposa en el andén de mis redes.

 

Si has de morir no tengo yo la culpa

Es tu existencia niña la que me lo implora

No eches a llorar la noche siempre oculta

De nada me arrepiento es lo que me aflora.

 

Cierra bien los ojos no te resistas

¿Por qué traes un arma?, ¡no te atrevas!

Tú no debes dispararla no persistas

Tú dices debo ser yo quién ahora muera.

 

Qué momento complicado me asomo a la ventana

Me sudan las manos me apuntas decidida

Quizás tengas razón cortante el filo de la daga

Tú no has de molestarte doncella de mi vida.

 

Cojo con dos manos el cuchillo

Alzo mis brazos, aprovecho para verte

Enciendes veloz un cigarrillo

Te pareces tanto a mi con los vestidos de la muerte.

 

Abro los ojos, yazco tendido, irresoluto

¿Dónde estás? ¿Cómo y cuándo te has ido?

Brota sangre de mi vientre, aparento luto

Mi memoria solitaria no recuerda lo ocurrido.

 

¡Está claro te has matado ante mis ojos!

Emulaba yo el andar de un asesino

Hace frío, huelen frescos los hinojos

Te presiento respirando mortecino.

 

Debiste dispararme mujer otrora

Roja corre la sangre entre mis manos

Pensar que si me amabas me devora

Nunca más he de probar tus labios.