Déjame darte ese beso,
ese que nunca se olvida
en ello, me va la vida
con él, mi amor, te confieso.
La pasión que te profeso
llega a ser adoración,
pues siento en el corazón
que te quiero con locura,
no solo por tu hermosura,
si no por ser mi ilusión.
Es lindo saber que existes,
que das luz a mi existencia,
que logras con tu presencia,
alejar mis días tristes.
Con los besos que me distes
nos hemos enamorado,
nunca hubiera imaginado
volver a sentirme vivo
de otro amor, estar cautivo
tras habernos encontrado.
Jamás quiero arrepentirme
de haberte querido tanto,
has logrado con tu encanto
en esencia seducirme.
Nadie intentará impedirme
que tú inspires mi poesía,
pues llegas al alma mía
conformando con tus besos
la estructura de mis versos
que dan al poema alegría.
Classman