Dantés Espinoza

K\'antu

K\'antu

 

Mientras sus verdes hojas 

lamen las empedradas montañas  

y sus finas ramas se extienden

coloreando de rojo las laderas

del impenetrable Apukintu.

 

Allí, en busca de la débil grieta

avanza y penetra, así se adentra

en sus entrañas para darle vida

con sus frescas raíces sensitivas

regadas con aroma de preciosa

savia juvenil transformadora.

 

Desde los andes se deslizó

la esencia hecha sangre

en el apukintu para regar 

extensos arenales, 

tierra eriaza, que se abrió

en evidencia histórica

para descubrir al sátrapa.

 

Rodeada de silencio,

cubierta de arena y polvo,

aquella roja savia, espera

del K\'antu enraizado,

erguirse en rebeldía

con sus rojas trompetas

de lucha, esperanza y libertad.

 

Aquella roja savia estancada

en arenales fluye enérgica

ahora en vida,

retumba en los corazones

cual campana y repica

convocando a la nueva aurora

que retoña en el horizonte

anunciando el nuevo amanecer.

 

 

Colibrí, que picando flor en flor

bates tus ágiles alas.

Ve avecilla, sorbe el néctar

de la kantuta y parte.

 

Lleva el mensaje colibrí

despierta el júbilo,

la esperanza renovadora.

 

Que las aves eleven sus cantos,

que el eco retumbe en las montañas,

que despierte la tormenta

que descienda por entre valles, quebradas,

que arrase que inunde,

que limpie senderos, plazas y alamedas.

 

Que la kantuta sea trompeta

que despierte sueños

por siglos reprimidos,

que sea acacia, cicuta

y sus sépalos guadañas

que despierten esperanzas.

 

Que la roja savia,

estancada en Cieneguilla

en arenoso amasijo,

selle la heroica entrega

abriendo fosas para despertar

las nuevas ilusiones

de la patria amada.