Con una esplendidez que me enamora,
sus ojos son divinas pinceladas;
que tienen esas lumbres de la luna
con auras de preciosas alboradas.
Irradian una luz encantadora
pintada de color azul marino,
que deja mis pupilas asombradas
con ese su fulgor tan diamantino.
Les puedo contemplar a cada hora
mirando su mirada tan gatuna,
que tiene del amor lo más divino
y sirve a mis ensueños como cuna