Quiero todo el tiempo del mundo para amarte
pero el reloj de arena se cayó
y las horas derramadas se escurren entre mis manos
manos que sueñas tus muslos, tus caderas, tu espalda
si no estás, mis manos inservibles no tienen propósito
solo pueden escribir y contar el tiempo que me queda.
Si los minutos apretados para escribirte esto ya están en el suelo
si la arena cae en la hendidura del olvido
si los segundos y décimas son exactos
aún puedo escribirte:
te amo.