La brisa acaricia el atardecer,
evocando el pasado con dulzura,
cómo se siente siempre tu ternura,
como presencia en el anochecer.
Evocando el pasado con dulzura,
la caricia tejo en la memoria,
como presencia en el anochecer,
en tu piel callada, sí; me asombras.
La melodía, tejo en la memoria,
cuando me dejo llevar por tus sombras,
en tu piel callada, sí; me asombras,
como la bella danza giratoria.
Cuando me dejo llevar por tus sombras,
en la canción que, con su andar, destella
como la bella danza giratoria,
ecos, en las paredes de una cueva.
En la canción que, con su andar, destella,
la brisa acaricia el atardecer,
ecos, en las paredes de una cueva,
cómo se siente siempre tu ternura.
©José Ángel Pineda