I
No lo puedo evitar,
eres la fantasía que incendia mis sentidos,
la adrenalina que corre por mis venas como un torrente sin fin.
II
Hueles a pecado, a perversión,
a sueños húmedos que me quitan el aliento,
a carne y sudor que encienden mi piel,
a madera y mar que me atrapan en su inmensidad,
a mujer indomable que conquista mi ser.
III
Seré tu amante salvaje,
el guerrero que embiste tus caderas sin piedad,
buscando en tu rendición mi propia liberación.
IV
Eres lo prohibido, el fruto que anhelo,
el beso robado que moja mi alma,
el secreto que arde en mis labios.
V
Tu pecho, lienzo en blanco donde mi lengua desea pintar mil poemas,
tu espalda, altar donde mis manos se clavarán en un frenesí de pasión,
tu cuerpo, templo sagrado donde nuestros deseos se unirán.
VI
Eres la perfección hecha mujer,
la diosa que devorará mis ansias con cada mordida,
la reina que me hará gemir con cada caricia.
VII
Poquito a poquito, lengua a lengua,
arañazo a grito, mordida a gemido,
nos fundiremos en un éxtasis sin fin,
un baile de cuerpos que solo la luna presenciará.
VIII
Exhalo un suspiro y me imagino clavado en tu gloria,
haciéndote estallar de placer,
enviándote al paraíso con cada embestida.
IX
Pidiendo, rogando que me detenga,
aunque me he bebido toda tu miel,
insaciable ante tu dulce néctar.
X
No lo puedo evitar,
eres la llama que consume mi cordura,
la pasión que me embriaga y me lleva al borde del abismo.
XI
En ti encuentro la locura, la lujuria, el deseo irrefrenable,
la tormenta perfecta que sacude mi alma hasta el fondo.
XII
Soy tuyo, entregado a tu fuego,
un esclavo de tus caprichos,
un prisionero de tu amor.
XIII
No lo puedo evitar,
eres mi obsesión, mi anhelo, mi todo.
JTA.