No olvido tu nombre.
Me atormenta aquel silencio; entre tantos dardos de palabras sin respeto en mi ausencia, en el monumental desacierto de mi imagen ante ti, y sin una oportunidad para defender mi honor antes del juicio del murmullo de los hombres y con el agravio de no estar yo presente.
Aún ante la injusticia de tus actos y palabras como dagas a mi carne y corazón, y aún ante el eco del recuerdo de hipocresía de tu consideración y aparente admiración de lo qué sí te fue conveniente. Aún ante mi solicitud de prudencia y recibir por presente el despojo de palabras escondidas con odio he ideas equivocadas de una imagen herrada que no se me permitió dictar.
Aún tocando mis heridas ensangrentadas, dolidas por lo fácil de apagar aquello que llamaron amor maternal.
Aún con la amargura de mis días y con el pensamiento de tu limitado amor, que fue solo de palabra y no de acto, ese barrido como mugre que se esconde porque estorba, ese que alimenta las llamas de tu razón y orgullo que son primero que una oportunidad.
Aún con todo y eso \"no olvido tu nombre\".