Antonioillan

ME SALVA UNA CERTEZA

 

Hace sol. La mañana es espléndida.

El café está amargo, pero me gusta.

Ni estoy bien ni mal conmigo.

En el paladar siento un saborcillo

a soledad, acaso angustia o miedo.

Sin embargo, me salva una certeza,

absoluta verdad: tú estás ahí.

Creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.

Esto dijo un grandísimo poeta,

que no sabía que la voluntad

de querer, de quererte a ti, amor,

no admite dudas, por más que las sombras

irracionales del sueño y la noche

llenen el pensamiento de fantasmas

y vuelvan frío el sudor del cuerpo.

Hace sol. La mañana es espléndida.

Has llamado y has dicho: no temas nada.

Con la profundidad de los pulmones

he respirado. Tú estás en mi aliento,

que es la vida. El cielo azul me lleva

a tus ojos. Espero que pase el tiempo

tan rápido como estrellas fugaces,

para gozar tu luz, tu claridad,

tu transparencia, tu abrazo, tu beso.