Jorge L Amarillo

DIAS DE DUELO

Confundido está hoy el rumbo de mi vida
que caigo en aciertos y desaciertos
mientras las horas pasan tan repetitivas
que hasta a la muerte le perdí el respeto.
 
 
Sin un Dios que me sirva de guía
solo habito en un mundo de silencios
donde ya no importa si es de noche o de día
si ya no siento el dolor en mis huesos...
 
 
Como yo, mi alma está a la deriva
al ver hacia atrás no hay nada lejos,
ya no hay lágrimas no consentidas
ni consecuencias que pueda traer el tiempo.
 
 
Sin huellas de mis promesas ya perdidas
sin un rostro mudo en un espejo,
sin amor por las cosas que eran ayer mías
sin alegría para viajar en cada uno de mis sueños.
 
 
Desoyendo las palabras que esto me advertían
supe sentirme fuerte por fuera y por dentro.
Más ahora aquí, viendo a mis manos vacías
descubro que en la soledad estoy justo en el centro...
 
 
He bendecido a mi carne bajo la llovizna
busqué a la luz con demasiado empeño,
pero la oscuridad siempre ha sido la misma
más solo yo cambié siendo un poco más viejo...
 
 
Estoy a tientas como si todo fuera neblina
donde solo puedo ver algo cuando me acerco,
mientras detrás quedaron mis penas y mis alegrías
y en mi realidad solo es el murmullo del viento.
 
 
Solo hay una depresión en mi melancolía
imágenes breves que ni yo mismo las entiendo,
solo un puñado de sombras por mí atraídas
solo suspirar con fuerzas por un momento...
 
 
Sentir en mis pies el peso de todo lo que me abisma
descubrir que quizá todo hasta aquí fue solo un juego,
ver tanta quietud alrededor de mi reunida
me convence y me entrega más al desaliento...
 
 
Mi destino es un sendero pequeño en esta geografía
donde, al ver los astros, se agranda más el universo.
Camino y, al rozar las rosas, siento el dolor de las espinas
que duelen mucho más que aquel último beso...
 
 
Se aletargan en mí las tristezas hasta ayer desconocidas
busco abrir las puertas que me libren del sufrimiento,
donde me olvidé de aquellas historias no aprendidas
mientras el reloj me embriaga con su paso tan lento.
 
 
Debe ser una angustia lo que dentro de mí se empecina
sin saber dónde ha de terminar al fin todo esto.
Ya no hay letras ni palabras para completar esta poesía
solo una cruz perdida y detrás solo días de duelo...